SoloVINO 18/07/2024
En Bolivia, en estos últimos años, ha subido notablemente el consumo de vino. Podemos asegurar que ya es algo que definitivamente jamás pasará de moda. Nuevas variedades se van consolidando en nuestro país; de esta manera, se van renovando los sabores o surgen nuevas bodegas, lo cual genera que esta cultura esté en constante movimiento.
Con el nacimiento de la Academia del Vino y al comprobar que en restaurantes y bares de copas se tienen experiencias únicas, desde dispensadores innovadores hasta “happy hours” y catas, el consumo de vino se transforma en una experiencia más relajada y versátil, no solo limitada a acompañar la comida.
Cada vez son más los restaurantes que apuestan por buenas bodegas de vino, tanto en variedad de etiquetas, bodegas y procedencia de distintos países. También cabe resaltar cómo los espumantes, ya sean locales o de otros países del Cono Sur, están presentes en las mesas y, poco a poco, se acostumbra a un maridaje vertical, desde el comienzo hasta el final de los ágapes con espumante.
Otra de las cosas que hace que el consumo mejore es la estabilización de precios. Ya profetizamos que aquellos que quisieron ordeñar la vaca exageradamente, cargando la copa de un vino de escasa calidad a 48 pesos, caerían por su propio peso y que no lleva a ningún lado, han ido cerrando el establecimiento. El vino no es un elemento para aprovecharse de él para ganar plata por un simple descorche.
Todavía nos queda mucho camino para bajar los precios en los restaurantes y que el vino deje de ser la gallina de los huevos de oro.
Como recomendación, aconsejamos mimar al vino, pues el vino vino para quedarse y, si se le acuna, acaricia y cuida, podrá por sí mismo llevar a nuestra gastronomía al nivel que todos deseamos.
RAMÓN FREIXA
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