NOTICIAS/SCZgm/INF/14-12-2022
Al mismo tiempo que es un registro de su actividad artística y un repaso de su proceso creativo; junto a esas fotografías e imágenes (el lenguaje de lo visual), convive también la escritura testimonial (el lenguaje de las palabras) que va más allá de las referencias a la obra de la artista plástica, dejando ver la intimidad de la creadora que expresa sus ideas y sentimientos de diversos modos y en un sinfín de soportes.
Este libro “Un asunto de vida” de Roxana Hartmann, que se presentara mañana jueves 15 en T STORE gracias al apoyo del Grupo Landicorp es como dice mi amigo
Alfonso Cortez es en sí, una obra de arte, “despliega un colorido y atractivo diseño gráfico; alta calidad de las fotografías y reproducciones de pinturas, esbozos y partes; está repleto de pequeños y grandes detalles que el lector/observador puede descubrir y explorar; y los textos —dispersos e intercalados—, se fusionan a lo largo de sus páginas en diversos géneros (epistolar,
poético, narrativo…)… y personalmente añadiría gastronomía pues en esta genial obra nos topamos con interesantes muestras artísticas de naturalezas muertas inspiradas en las mesas de nuestros hogares ya que “descifrar la memoria y el tiempo” tal como termina su nota Alfonso.
Este tipo de arte plasmado en la pintura denominadas “Naturalezas muertas” es en el arte moderno el Still life nunca se detuvo, es posible encontrar naturalezas muertas interpretadas según las diferentes vanguardias artísticas que surgieron a finales del siglo XIX, con el impresionismo.
Como primer exponente, el impresionismo comenzó como un estilo muy criticado por sus fuertes pinceladas, poca difusión de los colores y representación de lo cotidiano (que era considerado sin importancia). Paul Cezanne fue uno de los grandes exponentes de esta corriente, y nos ofrece una gran variedad de naturalezas muertas, algunas con manzanas, peras, botellas e incluso representaciones de las vanitas.
Al revisar las distintas vanguardias, notaremos que existen naturalezas muertas en cada una de ellas, desde el neoplasticismo hasta el surrealismo, cada una con un comentario de la vida cotidiana en el momento que fueron pintadas. El relato pictórico de lo que había disponible para consumir es una prueba de que el arte y la cocina están íntimamente ligados, no sólo por la necesidad, sino por la experiencia humana.
Experiencia que en este libro vemos que también Roxana Hartmann, que comienza en la portada de esta joya de libro y repasa en varias paginas donde nos encontramos desde un pescado a una vulgar y simple botella de soda. Roxana plasma vida, nos muestra un nivel es esta línea artística que se codea con los grandes maestros del impresionismo. Sus colores transmiten texturas, aromas y si pudiéramos morder la tela y el bastidor …. Sabores.
En mi mirada veo detrás de las pinceladas de Roxana algo de Cezanne, Edvard Munch, Braque o Seurat. Me dirán que soy exagerado, si lo quiero ser pues no me mueve poner a nadie donde debe estar sino decir que esta su obra a un nivel de alta gastronomía como la cocina de autor de Camila Lechín y que como ella pueden estar en el resello de la incomprensión donde solo los grandes están en la discrepancia, lo genial es genial y el mameluco no lo entiende.
También la gastronomía se refleja en los textos cuando nos describe en las anotaciones sobre LA VISITA “Comenzaron a sonar las puertas de casa, seguro mis hijos llegarían de a poco a la cocina en busca de panqueques con miel y huevos revueltos …. Cada uno me contaba su historia del sábado, mientras me iban pasando los ingredientes y ponían los platos … siempre era así un cos hermoso”
Quien con su obra hace un libro como este entremezclando el arte y la vida, con una soberbia edición se ve que desde la humildad nos comenta otros temas de lo interior de la profundidad del cuerpo y el alma como su intima conversación con el querido Hugo Landívar se entiende que entre genios está el juego. En la conversación que va desde la empresa al arte del diseño de las sillas del ingeniero Landivar nos hace recapacitar en el tema de la vida y la muerte. Donde Roxana al filo de las palabras de Hugo dice “ Me abrió un portal de otra dimensión” el de allá y el de acá un momento que como ella dice “fue como un llamado… poderoso”
Como poderosa es esta obra “Un asunto de vida” de Roxana Hartmann que parafraseando el titular de Alfonso es un libro “Inclasificable”
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