23/04/2024 GastroTENDENCIAS
Traemos hoy a SCZgm a colación el asunto - porque la discusión es recurrente en el entorno de nuestro amigo periodista Salvador Enguix - quien dice que no hay nada como el plato de cuchara ... ni la cocina de autor, las cartas de pasos, menús degustación u otras zarandajas.
“No son pocos los conocidos que incluso se han apuntado al "turismo gastronómico", a eso de viajar a otras ciudades u otros países motivados por la excelencia de algún restaurante o festival, feria, cónclave o evento culinario. No vamos a contar nada nuevo al afirmar que lo de vivir nuevas experiencias a partir de la comida hace tiempo que es un fenómeno social y cultural que incorpora formidables propuestas.
Diré más, si eres de los que no estás al día en el tema, el de los largos menús degustación, puedes quedar como un poco anticuado en ciertas conversaciones, que es lo que a mí me sucede. No es que no valore todo lo señalado, todo lo contrario. Pero no me digan por qué, pero soy un poco primitivo, por decirlo de alguna manera; sigo anclado en el gusto del plato único tradicional de cuchara y lo prefiero a esa larga lista de nombres de pequeñas elaboraciones de un buen chef que te van sirviendo durante dos horas. Me sucede que a partir del cuarto plato ya me aburre la experiencia, lo que no significa que no valore el producto consumido, su calidad en el sabor, su pictórica presentación y su vanguardista propuesta. Que una cosa no quita la otra, pero uno para ciertas cosas es un poco impaciente.
Por eso tengo no pocos debates con amigos e incluso con familiares. Sucede cuando alguno dice aquello de "¿has ido al restaurante tal o cual?", "tardamos cuatro meses en encontrar mesa", "nos gastamos 300 euros en el menú, pero fue una experiencia formidable", "si no vas al restaurante de fulanito no sabes lo que es bueno, tiene una decoración preciosa" o "no puedes ir a tal ciudad sin visitar esas dos estrellas Michelin". Es entonces cuando comprendo que me he quedado al margen de una tendencia a la que, además, se apunta mucha gente joven. Y entonces explico mi particular característica gastronómica y me llega la avalancha de recomendaciones, consejos y alguna crítica. Debo ser raro.
Por eso no soy un buen cliente de los grandes chefs de menús degustación kilométricos, al margen de que en algunos casos no me negarán que los precios tensionan en exceso la cartera: "pagas la experiencia", se suele decir. Pero si se trata de un restaurante con preferencia por la comida tradicional y que encima innova sobre el plato caliente con cuchara me apunto. Más aún si todo viene aderezado de un buen entorno y mejor precio. Eso sí, con la condición de que sirvan rápido porque de lo contrario tendré la misma sensación de aburrimiento que me pasaba en las bodas o las comuniones (ahora ya voy más a entierros) porque entre plato y plato pasaba una eternidad.”
Fuente: Salvador Enguix La Vanguardia
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