GastroTOUR 24/07/2024
Un cuadro de Chardin con un melón partido se ha adjudicado recientemente por 26,7 millones de euros, después de que dos coleccionistas se enzarzaran en una guerra de pujas que hizo escalar el lote a más del doble de lo estimado. La cifra ha establecido un nuevo récord mundial para la pintura francesa del siglo XVIII.
El mercado de los Old Masters parece animarse gracias a una última pintura que ha batido un nuevo récord: un cuadro con un melón partido, unos cuantos melocotones y ciruelas junto a un par de frascas de vino colocadas sobre una mesa.
Descrito así, parece una simple escena cotidiana de una cocina, sin más interés que el mencionado melón y otras tantas piezas de fruta. ¡Pero qué melón! Basta observar la aspereza que se aprecia en su piel, o esas pepitas —magistralmente representadas con pinceladas sueltas— que se acumulan en la parte derecha de la rodaja ya cortada.
Han pasado 264 años desde que su autor lo pintó, pero sigue luciendo igual de apetitoso.
El mérito es de Jean Siméon Chardin, un artista rococó que en 80 años apenas salió de París. Ahora sus pinturas son igual de veneradas que la bandera francesa, pero en su momento algunos le consideraron un artista menor por pintar bodegones, ese género que entonces no tenía tanto valor (y eso que entre sus mecenas se encontraban Luis XV o Catalina la Grande).
En 1760 creó una escena cargada de lirismo y una belleza silenciosa a base de luz y color.
No contento con eso, apostó además por un formato nada común: el ovalado, como queriendo resaltar aún más la naturaleza íntima de la escena, que parece suspendida en el tiempo.
Más de dos siglos después esta pintura ha logrado superar una doble barrera: el récord de artista y el récord para una pintura francesa del siglo XVIII; algo que, por cierto, ya había conseguido dos años antes.
Ahora ha vuelto a mejorar su estimación, toda una hazaña. ¿Será una moda pasajera? ¿La oportunidad inédita de conseguir un nuevo bodegón del artista del momento o el morbo de poseer una tela del penúltimo récord? Poco importa, cuando se trata del autor más cotizado de la pintura francesa del XVIII.
El 12 de junio, su Melón cortado se remató en 26,7 millones de euros, una cifra que lo sitúa de nuevo en el podio de los autores clásicos franceses más caros de la historia. Desde luego, la escena lo merecía igual que Cesta de fresas silvestres —su anterior récord—, especialmente porque tenía una mayor complejidad en la composición.
Conscientes de ello, los responsables de la casa de subastas iniciaron una gira mundial del cuadro, que lo llevó hasta Nueva York y Hong Kong antes de llegar a París en busca de un nuevo dueño.
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