SoloVINO 12/06/2024
¿Carnes rojas con vinos tintos y carnes blancas con vino blanco? Por supuesto que ¡No! Ya se sabe que esta es una regla antigua, demasiado básica y cerrada.
La palabra maridaje viene del francés "mariage" que significa “matrimonio”.
Unión, matrimonio en el que idealmente la comida y la bebida logran un equilibrio; para caminar juntos ya sea por armonía o contraste, la finalidad es que el vino haga más rica la comida, y que la comida haga más rico al vino y ambos se realcen mutuamente.
Tengamos claro que el maridaje no es una ciencia exacta sino más bien un arte donde la imaginación, la intuición y la lógica jugarán un papel fundamental y donde hay que entender, primero, cuáles son las características del vino y de la comida (intensidades, pesos, temperaturas, aromas, sabores).
El maridaje es un ejercicio de prueba y error. Claro está que sí hay algunas sugerencias y pautas para lograr combinaciones exitosas. Por ejemplo:
Los vegetales frescos o de cocciones cortas van bien con los vinos blancos secos.
Los quesos de consistencia suave y cremosa van bien con vinos blancos o espumosos.
Los quesos de corteza dura van mejor con los tintos.
Los quesos muy salados van mejor con vinos dulces (Oportos, cosechas tardías).
Los pescados magros van bien con espumantes secos, blancos y rosados.
A los pescados grasos y crustáceos les quedan bien los blancos con barrica y tintos ligeros.
Las carnes blancas se llevan bien con blancos y tintos ligeros o con un paso breve por barrica.
Las carnes rojas a la plancha van bien con tintos ligeros o que han estado poco tiempo en barrica.
Las carnes rojas a la parrilla, cortes con más grasa, o que han pasado por cocciones muy largas van bien con tintos potentes.
Las burbujas son muy fáciles de maridar; las burbujas ayudan a limpiar el paladar y quedan bien con muchas cosas. A mí me encanta comer chicharrón de pescado o pollo frito con un espumante tipo Brut. ¡Pruébalo!
Y por último, a veces el mejor ejemplo es el que no debe hacerse, así que, lo más efectivo para entender el maridaje, es probar algo que definitivamente no funciona, como un plato muy picante con un tinto potente, por ejemplo.
Ahora que ya tenemos algunas sugerencias, lo importante es probar y probar y a maridar. No olvidemos que los paladares, como el vino y la comida, tienen percepciones y gustos infinitos y al final dependerá del gusto de cada uno. Déjate llevar por la lógica y la intuición.
Raquel Morales Tejerina / Head Sommelier
Comments