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  • 27 mar 2024
  • 2 Min. de lectura

27/03/2024 GastroTENDENCIAS


Muchos de ustedes se pueden preguntar: ¿Qué cenó Cristo con sus discípulos en la última cena? ¿Qué se conmemora el día de mañana JUEVES SANTO? Este jueves se recuerda especialmente la Institución de la Eucaristía y del sacerdocio, y es un día de fraternidad, pues es lo que hizo Jesús en esta que sería la última cena en la tierra.



Según cuentan los evangelios, "era el primer día de los ázimos, fiesta que celebraban (y celebran todos los judíos), cuando se sacrificaba el cordero pascual", y como judíos que eran, siguieron la tradición.




Así que cenaron pan ázimo (sin levadura), ensalada de hierbas amargas, trucha –u otro pescado de agua dulce–, cordero relleno y asado, el Jaroset (compota de higos, nueces y manzana con miel, canela y vino) y codornices rellenas de cordero.


Todo ello acompañado de granadas, uvas, higos y queso de cabra, aceite de oliva y especias aromáticas de la zona como el tomillo y la salvia que lo condimentan todo.

En esta cena se beben cuatro vasos de vino con la "copa de bendición", o Kidush, que se usa en la cena pascual y en el Shabat, según manda la tradición.


El primer vaso representa la salida de Egipto. El segundo vaso representa el que fueron salvados de entre Egipto. El tercer vaso señala la salvación a través del brazo extendido de Dios y a través de la historia entera. El cuarto vaso, llamado "Hallel", simboliza la culminación: "Os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios". Antes de beber esta última copa es cuando Jesús convierte el vino en su Sangre, que los cristianos conmemoramos en la santa misa.


El vino que tomó Jesús con sus apóstoles fue "kosher", es un vino ritualmente apto para la religión judía y su elaboración está controlada. Actualmente, muchas familias judías en Santa Cruz siguen esta tradición, incluso en comunidades cristianas, ayer jueves cenaron este menú.


Por cierto, la copa que utilizó Cristo en la última cena se encuentra en la Catedral de Valencia; un riguroso estudio arqueológico e histórico acredita la veracidad de esta reliquia.


El viernes ya no está presente el cordero, sino el pescado, ya que la Iglesia católica obliga a la abstinencia de comer carne; por esto es la costumbre de comer pescado en Semana Santa.

  • 20 mar 2024
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20/03/2024 GastroTENDENCIAS


Cuenta el reconocido periodista guipuzcoano Mikel Ayestaran (Beasain, 1975) que si algo caracteriza a la gente de Yabalia, el mayor campo de refugiados al norte de Gaza, es su cabezonería. Y que, para testarudos, su amigo Kayed Hammad, “todo un personaje”, gazatí con familia en Málaga, a quien conoce desde que empezaron a trabajar juntos en 2005. “Todos los periodistas que han pasado por Gaza han tratado con él”.


De múltiples habilidades, Kayed ha trabajado para organizaciones humanitarias y suele hacer de intérprete, porque habla un español impecable. Ayestaran asegura que no ha perdido el humor negro que siempre le acompaña, ni después de desoír en octubre las órdenes de evacuación y no tomar rumbo al sur con su familia, como se les exigían.

Ellos dejaron la ciudad de Gaza, donde vivían, y se fueron al norte de la Franja, al campo de refugiados en el que ya se instalaron sus padres durante la huida y expulsión de miles de palestinos en la primera guerra árabe-israelí hace 75 años. Él creció allí.




Ayestaran ha cubierto todas las guerras que ha vivido la región, desde Irak al Líbano, Afganistán, Pakistán, Siria, Irán, Yemen… “He estado en todas partes y puedo asegurar que no hay nada como lo que está viviendo ahora Gaza. Ante un problema serio, siempre ha habido forma de poderles hacer llegar ayuda a tus amigos del lugar; de poder incluso colaborar si un miembro de la familia quería salir. Aquí no puedes hacer nada de nada”.


Esa impotencia lo llevó hace un mes a empezar una serie de publicaciones en su cuenta de Instagram (@mikelayestaran). Cada día cuelga la foto de un plato de comida, siempre en el mismo formato y con el mismo plano, siempre hecha por su amigo Kayed y con una breve explicación que redacta el propio periodista.



Es el plato que ha preparado Amal, su esposa, y lo que ese día comerá la familia gazatí, ahora mismo con siete miembros que conviven en un sótano del campo de refugiados. Uno menos que hace un mes, el tiempo que ha transcurrido desde que la madre de Amal falleció.

  • 14 mar 2024
  • 2 Min. de lectura

14/03/2024 GastroTENDENCIAS


El vino evolucionó de la tradicional botella a nuevas presentaciones como latas y cajas, adaptándose a diversas ocasiones y gustos. La versatilidad del vino refleja la innovación y calidad de un mercado en constante expansión.




La tradicional botella de Malbec junto a una copa de vino era la típica imagen de esta industria que, sin embargo, ya no representa todo el amplio universo de productos y presentaciones de esta bebida de la cual Argentina es líder en producción.



La opción habitual para acompañar las mesas ha sido la botella de vidrio de 750 cc. Ya en los años 90 fue toda una revolución la irrupción del envase en cajas multilaminadas (el tetrabrik). Luego, a los cambios de formato le siguió la aparición de una gran variedad de estilos de los vinos argentinos.



En un mercado fuertemente orientado hacia los tintos, surgieron cepas blancas y vinos rosados que, poco a poco, se ganaron un lugar entre las preferencias de los consumidores argentinos.


Hoy esa revolución se consolida con innovaciones en varios frentes: etiquetas más juveniles, coloridas e innovadoras.




Las hay con realidad aumentada, con tecnologías de impresión súper modernas, con formas, nombres y tamaños divertidos y atractivos. También hay tamaños para todos los gustos, como latas individuales, botellones de 1,5 litro, algunas damajuanas vintage con vinos de autor que son un lujo, y vinos para todas las ocasiones.



Las nuevas presentaciones, como la lata, hacen que sea ideal para tomar bien frío, llevarlo en una "heladerita" o presentarlo en una frapera. Estas opciones más versátiles del vino hacen que sea una alternativa válida para toda ocasión, incluso "vale" mezclarlo con gaseosa, con hielo, con soda, o con frutas o postres.


Al antiguo eslogan "el vino no se mezcla", lo superan los gustos de la mayoría ya que los expertos indican que un 50% de la gente reconoce que mezcla el vino con otras bebidas o productos. De hecho, uno de los tragos más elegidos en el mundo es el de la sangría, cuya base es cualquier tipo de vino, según las preferencias, el país o la ocasión.


Así, el mercado se fue adaptando y ya desde la etiqueta del producto va más allá de los requerimientos legales y aclara cuestiones como "menos graduación alcohólica, más dulce". De alguna forma, la gente obtiene lo que desea.


El vino es una bebida esencialmente versátil, que se adapta perfectamente a las distintas circunstancias. Estas versiones tan diversas permiten que se pueda ir manejando la graduación alcohólica, los niveles de dulzor y de temperatura según la ocasión y las preferencias.


En copa, en vaso, directo de la lata, en jarras de sangría o clericó, productos más "descontracturados", livianos y frescos. El caso es que el vino es producido con uvas que vienen de la misma tierra y del mismo sol.


Cada bodega y cada marca genera propuestas cada vez más atractivas y originales. De este modo, esta industria es cada vez más vigorosa y con un futuro muy promisorio.

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