- 4 abr 2024
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04/04/2024 GastroTEST

En la mesa de Test de SCZgm hemos tenido como invitado al Champiñón Slam; la verdad es que hemos quedado anonadados por su frescura, incluso después de su cocción, y por su gran calidad y sabor, especialmente los portobellos y también el más corriente que se denomina blanco.

Esta empresa de producción industrial de champiñón cruceña no tiene nada que envidiar a las internacionales, tanto en sus procesos como, sobre todo, en su calidad.
En la mesa de SCZgm nos hemos puesto manos a la obra, y a pesar de las creencias, los hongos son fáciles de cocinar y combinan muy bien en casi todos los platos, desde una paella mixta hasta ensaladas o como acompañamientos de carne o pescado.

Son platos singulares donde el champiñón grande o gigante es el protagonista, como el plato que nosotros hicimos con el champiñón grande relleno de bacon y huevo al horno. Realmente delicioso.
El champiñón por sí solo ya es una estrella gourmet.

Sin ir más lejos, en España, en el “Tubo” de Zaragoza, hay un bar llamado el “Champi”, donde el pincho de champiñón es la estrella y viene a ser la tapa más pedida del recorrido de los bares y restaurantes maños.
El champiñón es un hongo que pertenece a la familia de las Agaricáceas y puede ser el cultivado (Agaricus bisporus) o el campestre (Agaricus campestris).

En Santa Cruz tenemos uno de los mejores puntos de cultivo en la carretera a Cotoca; se trata del centro de producción de Champiñón Slam, que es un hongo de gran calidad, por su diversidad de tamaño y por los ingredientes de cultivo, desde la base en humus holandés hasta las esporas de niveles extraordinarios.

El cultivo de un champiñón de calidad va desde las mesas de cultivo, que requieren grandes cuidados y cierto poder de observación, pues hablamos de un cultivo delicado y exigente.
La verdadera planta del champiñón es el micelio, a partir del cual se forma el carpóforo o champiñón maduro, sin necesidad de luz.

Al contrario que las plantas verdes, el champiñón no tiene clorofila, es heterótrofo, es decir, que se alimenta de sustancias orgánicas y no necesita luz. En su cultivo podemos distinguir el blanco y también la estrella de los champiñones, el champiñón Portobello (Agaricus brunnescen), que a diferencia de su ‘primo hermano blanco’ es de color marrón en su sombrero; además, su sabor es más dulce, fresco, delicado y su aroma más intenso, sin olvidar su textura más firme y carnosa.

Gastronómicamente es el favorito, ya sea salteado, a la plancha, relleno al horno, como ingrediente para platos de arroz o de pasta. También funcionan muy bien para elaborar hamburguesas veganas. Incluso podemos consumirlos crudos, laminados, en ensaladas, o los más grandes como el champiñón relleno de bacon y huevo al horno, que cocinamos en la mesa de Test de SCZgm.
TRUCOS Y CONSEJOS

Limpiar los champiñones.
Para limpiarlos bien, separar el cabito de la cabeza y colocar todo en un bol. Se cubre todo con agua y se espolvorea por encima con un poco de harina. Se agita todo bien y luego se enjuaga con agua fría. Luego se preparan como más guste.

El champiñón se comercializa durante todo el año y se trata de un producto muy perecedero. Su conservación en buen estado se estima en 1 o 2 días a temperatura ambiente (18-20ºC), por lo que es muy importante mantenerlos refrigerados para conservarlos una o dos semanas.

PREPARAR CHAMPIÑONES
Para que no se oscurezcan, se rocían con limón. Si se van a rehogar, se puede añadir el limón directamente a la mantequilla.
PROPIEDADES NUTRICIONALES

Gracias a su contenido en selenio, ayudan a combatir los radicales libres.
Ayudan a la salud cardiovascular al ser ricos en potasio y sodio.
Ayudan a controlar la presión arterial y fortalecen el corazón.
Previenen dolencias intestinales.
Tienen un efecto saciante, por lo que favorecen el control de peso.