03/06/2024 Opinión
Por Ramón Freixa
Comenzamos la sección con la crítica gastronómica a un nuevo restaurante que se abrió en M40 en Boca Mixtura, “JALEO”, que ha comenzado con un muy buen alboroto, de calidad, servicio y variedad dentro de lo que es la gastronomía española.
“Jaleo” ha batido el récord de tiempo en servicio y cocina: en solo siete minutos, quizá fueran seis, es lo que tardaron, desde que hicimos la comanda hasta que pudimos hincarle el diente a los platillos que pedimos.
¡Milagro! Lo nunca visto en Santa Cruz, y esto que el local estaba bastante repleto. Desde la toma del pedido, pasando por el tradicional “Oído cocina”, marchando una tortilla de papas y croquetas de jamón, hasta tenerlo en tus mismísimas narices en una mesa glamurosa, solo pasaron unos minutos. No creo que busquen la rotación, pues lo que encuentran es un cliente satisfecho que ya no mira el reloj y se le “cabrea” el estómago.
Si la rapidez fue una virtud, “rara avis” por estos lares, la calidad y el nivel de los platos no envidiaban al mejor restaurante español donde podés pedir estas tapas tan españolas. Sabor, cantidad y producto, todo en su punto. Como decimos en esta tierra: “¡Ni te lo imaginas!”.
Si la cocina, el producto y la sala están así de bien coordinados, no descarto un éxito para los herederos de “La Condesa” que cerraron en el Chubi para migrar al Boulevard gastronómico de M40.
Mi acompañante, un navarro acostumbrado a viajar y recalar por establecimientos de todo el mundo, quedó pasmado.
Si la rapidez es una grandísima virtud en este rubro, no digamos de la calidad. La tortilla de patatas (aquí les llamamos papas) rematada con una “esqueixada” de pimentón rojo, estaba en su punto: calentita, sabrosona y “babosita” como a los hispanos les gusta, ni pequeña ni grande, da bien para dos personas.
Las croquetas se pueden comparar a las del “Manolo” frente al Congreso de los Diputados de España en Madrid: cremosas y al punto en su bechamel, tropezones de jamón, un sinuoso rebozado y, por si fuera poco, sombrerito de corte en lámina de jamón creo que de Tarija o Cochabamba; pata negra no era.
Y para rematar la sorpresa de sabores intensos y deliciosos: una joya gastronómica. Según me dijeron, esta especie de donut era una pasta de osobuco (no sé si me la charlaron), irreconocible, pues uno sabe que en este plato lo que sobresale es el hueso.
Por tanto, interpreto que sería una pasta de osobuco o no, si bien a mi modesto parecer estaba exquisita pero le faltó un poco de calor interior.
También probamos la fabada, con fabes blancas y tropezones generosos de chancho que ni en Oviedo había probado algo igual.
Todo lo maridamos con un TRI de Campos, si bien lo que se pedía a gritos era un Rioja, pero para que mi acompañante español probara los caldos de Bolivia, optamos por el TRI que nunca falla.
El secreto de todo se llama Miguel, es un artista que siempre anda en la cuerda floja de este circo gastronómico: inquieto, tenaz, trabajador y que la tiene muy clara. Así de bien le han ido sus emprendimientos como “Bravísimo” y que ahora, con este “Jaleo”, se posicionará para los que nos gusta la comida española en el TOP 10 de Santa Cruz. Otro día les hablaremos de sus otros platos en una carta española muy variada que va desde la paella, pasando por tapas y raciones tradicionales, hasta rematar con los gambones a la plancha que son, nunca mejor dicho, para chuparse los dedos. Como acaba de aterrizar, no escribimos más pues queremos hacer un repaso sensitivo a toda su carta.
OPINIÓN:
En esta sección tendremos las visiones y comentarios subjetivos de periodistas y críticos gastronómicos: crítica gastronómica de restaurantes y puntajes de las etiquetas de los mostos que usted puede encontrar en los restaurantes, catas de vino, comentarios, valoraciones… siempre en un tono positivo y desenfadado, etc.
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