GastroTRIVIAL 05/07/2024
Hay pocos platos más sencillos y saludables que la escalivada. "Escalivar", en catalán, significa cocer al vapor, a la brasa o a la ascua de un fuego, y como consecuencia nació la escalivada, un plato típico de la cocina catalana que consiste en escalivar ciertas verduras.
Se trata de cocinar las verduras lo más cerca posible de un rescoldo, no a la parrilla ni a la brasa, llegando, según los entendidos, a influir hasta el tipo de madera que se emplea para la lumbre. Una vez pasadas por la brasa, se enfrían, se les quita la piel y las semillas, se les echa un chorrito de aceite y sal, y es un buen plato ya sea por sí mismo o para acompañar desde carnes, pescados o guisos.
Las verduras escalivadas se presentan en una bandeja combinando bien los distintos colores -rojos, crudos, verdes- o en platos individuales. La elaboración se puede coronar con una anchoa en aceite y también añadirle olivas negras, huevo cocido, atún, alguna conserva de pescado o incluso embutido. La escalivada se usa también para cubrir cocas tan típicas como la de recapte, aunque tomar esas ricas verduras sobre una sencilla tostada de pan resulta genial.
La escalivada se puede combinar con alimentos como el huevo duro o el atún. Si nos sobra escalivada, no hay ningún problema en guardarla en la nevera bien tapada y tomarla al día siguiente. Hay que tener claro que cuantos más días pasen, más sabor y propiedades perderán las verduras.